martes, 1 de abril de 2008

Sucre.

Sucre, Bolivia.

Por Enrique

Por fin hemos llegado a Bolivia. Lo primero que nos encontramos es que en los lugares que visitamos, Santa Cruz y Sucre, nadie quiere a Evo. Es bastante interesante para los propósitos de esta expedición el hecho de que en un país de la mitad de tamaño del nuestro, haya 6 estados (aquí los llaman departamentos) que están buscando su autonomía. En realidad, ellos dicen que buscan ser una especie de federación como lo somos en México (en el entendido de que nuestra república representativa, democrática y federal es los tres anteriores). La idea es que el actual gobierno ha dividido a la gente entre kollas y cambas, dependiendo de su zona geográfica.

Aquí en Sucre, todo mundo masca coca. Masca coca y la escupe. Masca coca, la escupe y la deja en la calle. Eso da a las aceras una aire de bosque musgoso (no huele tan bien en realidad, sólo a hierba mate masticada). Me gustaría poner unas fotos de este fenómeno pero debo reconocer que estéticamente no es muy agradable. Es algo que sucede simplemente, aún no lo he probado, pero seguiré informando.

También llamó mi atención que muchos de los autobuses de pasajeros están llenos de caracteres orientales, como si hubieran sido autobuses escolares de nipones o algo así y nadie se hubiera tomado la molestia de repintarlos.

A un día de estar en Bolivia todavía puedo decir que me gusta. Es también muy diferente el hecho de que por primera vez no estamos en una capital y por lo mismo el movimiento es mucho menor y uno se enfoca en cosas distintas.





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