martes, 1 de abril de 2008

Entre las nubes de algún lugar entre Lima y Santa Cruz, Bolivia

10:48 P.M. (Aunque podría estar cambiando de zona horaria ahora mismo)

Soy Enrique

Llevamos dos semanas que se han ido muy rápido, pronto los recuerdos comenzarán a confundirse. Hoy Isabel Muñoz Cota, sonidista de esta expedición, me contó que cuando viaja sola graba su voz para no perder memorias del viaje. Ella dice que cuando viajas con alguien, la memoria colectiva entra en juego y lo que no recuerdas tú, lo recordará alguien más por lo que se tienden puentes de experiencias compartidas. En el caso de esta expedición, somos 14 personas viajando, además de que todos “videamos” y “foteamos” de manera casi compulsiva. El 95% de lo que tenemos está en formatos digitales, lo cual siempre me da un poco de miedo, ya que en caso de cualquier falla mecánica, se perderá esta memoria para siempre (aunque siempre estas ideas fatalistas cuentan como un llamado al backup). Creo que sólo Ale y Alfredo se están tomando la molestia de capturar el viaje en Polaroid, lo que le da una nostalgia muy instantánea al viaje, ya que se me hace que la película que compraron está un poco vieja o algo así, porque los colores no solidifican jamás. En cada foto que me toman parezco una persona de 1977.

La luz Ecuatoriana es algo que me pareció increíble. El clima estaba bastante loco. Según nos comentaron los propios de la ciudad, para ellos era una molestia tremenda el estar bajo la lluvia, los fríos, y los cambios tremendos de ambiente que se dieron en los días que estuvimos ahí. Nosotros, en cambio, estábamos encantados con la diferencia de paisajes que se nos presentaba, seguramente es porque los rayos del sol actúan perpendicularmente en esta parte del mundo, pero la luz es clara, transparente y muchas veces cegadora, los colores están saturados, como si pasaran por un filtro polarizador en todo momento.

Aprovechando que estábamos por ahí, Lorena y yo intentamos a visitar a Lucía Morett, la mexicana que estaba en el campamento de las FARC que atacó el ejército Colombiano y ahora está en el Hospital Militar de Quito. De información pasamos a la dirección, donde después de esperar durante una hora al Comandante (o el mero mero del hospital, no recuerdo su cargo) llegó y con frialdad militar nos dijo: No, no la pueden ver. No puedo autorizar eso. Si quieren vayan con la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos, a lo mejor ahí los ayudan. Lancé el detector de sarcasmo y como que se atascó, no tengo idea si se burlaba de nosotros o era un consejo real; esa gente maneja una cara indescifrable que no entiendo y envidio un poco. Cuando ya nos íbamos, la secretaria del lugar nos dijo que enfrente del hospital había un hotel donde estaban los papás de Lucía, de nuevo fracasamos. En la recepción del hotel nos dijeron que sí estaban hospedados ahí pero que no estaban en ese momento, desafortunadamente nos quedaba como media hora en Quito y nos tuvimos que ir. Dejamos una nota.

Ahora estamos volando rumbo a Santa Cruz, Bolivia, mañana tomaremos, si el clima lo permite, un avión que nos llevará a Sucre a continuar la expedición, no grabamos ni hoy ni mañana lo cual es un descanso gigante, sobre todo para el crew quienes no han parado ni un día desde hace no sé cuanto. Tendremos la mañana para explorar un poco Santa Cruz y descansar, ponernos al corriente con lo que se pueda desde acá y seguir conociendo.

Suerte por allá.

P.D. En lo poco que he leído de los periódicos de allá están hablando muchísimo de cosas privatizosas con el petróleo, ¿alguien me explica?






No hay comentarios: