viernes, 4 de abril de 2008

Dinosaurios en Sucre.

Sucre, Bolivia

Fui a una nueva atracción turística que tienen por acá llamada Parque Cretático. Sí. Parque. Sí. Cretácico. La principal atracción es un cerro lleno de huellas auténticas de distintos dinosaurios de distintos tamaños y la explicación que dan es que hace millones de años, todas las formaciones anteriores de hoy día no existían (Pangea muchachos, Pangea). Entonces los dinosaurios caminaron por ahí y luego, años después, se formaron esas montañas y las huellas que ya estaban fosilizadas ahí se quedaron y se elevaron.

Al llegar al parque, lo primero es ver un video hecho como por Animal Planet, History Channel o algo así, donde con animaciones muy bonitas hechas en 3D cuentan cómo pudo haber sido la vida entonces. Es una encarnación moderna del Pie Pequeño en Busca del Valle Encantado. El video, por supuesto, no tiene absolutamente nada que ver nada con lo que hallarás en el parque, pero te pone en la onda de los dinosaurios.

No quiero aburrirlos ni aburrirme a mí mismo con más datos dinosáuricos, sólo diré que me impresionó la nueva teoría respecto a que los dinosaurios son considerados más antepasados de los pájaros que de los reptiles.

Otra cosa que me puso a pensar mucho fue esto. Todos los datos que nos dan respecto a los dinosaurios parecen ser muy estudiados, lógicos y coherentes. Tienen una razón para ponerlos de cierto color, tamaño y rol. Estamos hablando de hace 65 millones de años. ¿Cómo hacen? Nosotros estamos intentando reconstruir y comprender algo que sucedió hace apenas 200 años y nos peleamos muchísimo analizando hasta el cansancio conexiones, motivos, similitudes, etcétera. Nosotros estamos hablando de gente que hablaba un idioma 80% igual al nuestro, con configuraciones cerebrales idénticas y con un set de costumbres 70% igual. ¡Ellos tratan con un mundo que ni siquiera tenía la misma geografía que tiene hoy! Eso sí que es una labor titánica. Sin embargo, parece más fácil que ellos se pongan de acuerdo, ¿por qué?, ¿el nivel de explicación es diferente que el que se busca en la historia?, ¿hay menos gente que se atreva a clamar que sabe algo de lo que no sabe nada?, ¿los humanos llegamos a complicar todo?

Si se me puede conceder un deseo el día de hoy, sería que un paleontólogo lea esto y me cuente qué opina al respecto.

Y ahora lo que todos esperaban. Videos de huellas de dinosaurios. Las huellas estaban como a 2 kilómetros de nosotros, por eso están tan movidas. Pero, ¡Ey!, parecen de dinosaurio. ¿O no?


martes, 1 de abril de 2008

Quito.

Por Enrique.

Estiramientos pre rodaje.

Sucre.

Sucre, Bolivia.

Por Enrique

Por fin hemos llegado a Bolivia. Lo primero que nos encontramos es que en los lugares que visitamos, Santa Cruz y Sucre, nadie quiere a Evo. Es bastante interesante para los propósitos de esta expedición el hecho de que en un país de la mitad de tamaño del nuestro, haya 6 estados (aquí los llaman departamentos) que están buscando su autonomía. En realidad, ellos dicen que buscan ser una especie de federación como lo somos en México (en el entendido de que nuestra república representativa, democrática y federal es los tres anteriores). La idea es que el actual gobierno ha dividido a la gente entre kollas y cambas, dependiendo de su zona geográfica.

Aquí en Sucre, todo mundo masca coca. Masca coca y la escupe. Masca coca, la escupe y la deja en la calle. Eso da a las aceras una aire de bosque musgoso (no huele tan bien en realidad, sólo a hierba mate masticada). Me gustaría poner unas fotos de este fenómeno pero debo reconocer que estéticamente no es muy agradable. Es algo que sucede simplemente, aún no lo he probado, pero seguiré informando.

También llamó mi atención que muchos de los autobuses de pasajeros están llenos de caracteres orientales, como si hubieran sido autobuses escolares de nipones o algo así y nadie se hubiera tomado la molestia de repintarlos.

A un día de estar en Bolivia todavía puedo decir que me gusta. Es también muy diferente el hecho de que por primera vez no estamos en una capital y por lo mismo el movimiento es mucho menor y uno se enfoca en cosas distintas.





Entre las nubes de algún lugar entre Lima y Santa Cruz, Bolivia

10:48 P.M. (Aunque podría estar cambiando de zona horaria ahora mismo)

Soy Enrique

Llevamos dos semanas que se han ido muy rápido, pronto los recuerdos comenzarán a confundirse. Hoy Isabel Muñoz Cota, sonidista de esta expedición, me contó que cuando viaja sola graba su voz para no perder memorias del viaje. Ella dice que cuando viajas con alguien, la memoria colectiva entra en juego y lo que no recuerdas tú, lo recordará alguien más por lo que se tienden puentes de experiencias compartidas. En el caso de esta expedición, somos 14 personas viajando, además de que todos “videamos” y “foteamos” de manera casi compulsiva. El 95% de lo que tenemos está en formatos digitales, lo cual siempre me da un poco de miedo, ya que en caso de cualquier falla mecánica, se perderá esta memoria para siempre (aunque siempre estas ideas fatalistas cuentan como un llamado al backup). Creo que sólo Ale y Alfredo se están tomando la molestia de capturar el viaje en Polaroid, lo que le da una nostalgia muy instantánea al viaje, ya que se me hace que la película que compraron está un poco vieja o algo así, porque los colores no solidifican jamás. En cada foto que me toman parezco una persona de 1977.

La luz Ecuatoriana es algo que me pareció increíble. El clima estaba bastante loco. Según nos comentaron los propios de la ciudad, para ellos era una molestia tremenda el estar bajo la lluvia, los fríos, y los cambios tremendos de ambiente que se dieron en los días que estuvimos ahí. Nosotros, en cambio, estábamos encantados con la diferencia de paisajes que se nos presentaba, seguramente es porque los rayos del sol actúan perpendicularmente en esta parte del mundo, pero la luz es clara, transparente y muchas veces cegadora, los colores están saturados, como si pasaran por un filtro polarizador en todo momento.

Aprovechando que estábamos por ahí, Lorena y yo intentamos a visitar a Lucía Morett, la mexicana que estaba en el campamento de las FARC que atacó el ejército Colombiano y ahora está en el Hospital Militar de Quito. De información pasamos a la dirección, donde después de esperar durante una hora al Comandante (o el mero mero del hospital, no recuerdo su cargo) llegó y con frialdad militar nos dijo: No, no la pueden ver. No puedo autorizar eso. Si quieren vayan con la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos, a lo mejor ahí los ayudan. Lancé el detector de sarcasmo y como que se atascó, no tengo idea si se burlaba de nosotros o era un consejo real; esa gente maneja una cara indescifrable que no entiendo y envidio un poco. Cuando ya nos íbamos, la secretaria del lugar nos dijo que enfrente del hospital había un hotel donde estaban los papás de Lucía, de nuevo fracasamos. En la recepción del hotel nos dijeron que sí estaban hospedados ahí pero que no estaban en ese momento, desafortunadamente nos quedaba como media hora en Quito y nos tuvimos que ir. Dejamos una nota.

Ahora estamos volando rumbo a Santa Cruz, Bolivia, mañana tomaremos, si el clima lo permite, un avión que nos llevará a Sucre a continuar la expedición, no grabamos ni hoy ni mañana lo cual es un descanso gigante, sobre todo para el crew quienes no han parado ni un día desde hace no sé cuanto. Tendremos la mañana para explorar un poco Santa Cruz y descansar, ponernos al corriente con lo que se pueda desde acá y seguir conociendo.

Suerte por allá.

P.D. En lo poco que he leído de los periódicos de allá están hablando muchísimo de cosas privatizosas con el petróleo, ¿alguien me explica?






Bogotá.

Quito.

Soy Enrique

Creo que aún cuando todos esperábamos en algún punto del viaje toparnos con algo bizarro, exótico y que fuera más allá de nuestro entendimiento, definitivamente no lo encontraremos. Aunque hemos visitado apenas tres ciudades, no siento mayor diferencia a estar en Mérida o Ensenada. Cada ciudad tiene una personalidad muy fuerte, que a veces es difícil de distinguir en cuatro días, pero ahí está. Justo con esto quiero decir que estamos bastante más cerca de lo que pensábamos, la gente de acá tiene los mismos problemas, ve la misma tele, consume prácticamente los mismos productos, se ríe de lo mismo.

También me he dado cuenta que es un reto gigante el analizar y hacerte una idea de un lugar en tan poco tiempo, ya que de pronto un evento aislado puede llevarnos a pensar que en esa ciudad (o incluso en ese país) las cosas son así, cuando son en realidad cosas que pasan una sola vez. Prometo hacer lo posible porque no me suceda.

La sociedad Quiteña ha sido desde siempre, una sociedad aguerrida, fue la primera ciudad en América que pensó en autogobernarse cuando los franceses sometieron a España, allá en 1808. Esto, desde luego, les acarreó el descontento y la apatía de los territorios vecinos que incluso los llegaron a atacar. Tal vez por esta razón, la consecución de dicha independencia se postergó hasta 1822. En épocas recientes la población de Ecuador se ha caracterizado por unirse cuando es necesario, incluso para tumbar a los presidentes que no les parecen, han llegado al punto en que hoy, con Correa en el poder, se habla de que el índice de aceptación es superior al 90% por lo que prácticamente no hay oposición. De cualquier forma no es una sociedad que viva politizada como en Venezuela, y en realidad me gusta esta idea: están muy al tanto de los que manejan el gobierno; pero a fin de cuentas los deja gobernar y se une sólo en el momento necesario. Una sociedad de más acción que bla bla bla.

El acento de las personas es casi imperceptible, no sé si sea porque es cercano al nuestro o porque es demasiado neutro para notarse la diferencia, no sé si exista tal, pero eso ayuda mucho a sentirse más en casa. También hemos notado que hay mayor cantidad de turistas aquí de los que hubo en los países anteriores, y eso se siente raro, porque finalmente nos hace vernos reflejados en cierto espejo de que estamos sólo en tránsito. Esperemos que terminando la Semana Santa todo vuelva a la normalidad y podamos pretender que sólo somos una persona más caminando en la calle de una ciudad Latinoamericana.

Saludos muchos por allá. Aprecio sobremanera sus comentarios y espero con lo demás que escriba poder ahondar en lo que me dicen y tener más preguntas para cuando regresemos.

Aquí hay unas fotos un poco azarosas que tomé por acá.





jueves, 13 de marzo de 2008

Bogotá

12 de marzo del 08
8:55 PM

Soy Enrique

Ahora sí hemos estado bastante ocupados, dando vueltas por la ciudad, conociendo gente, intentando descubrir qué tiene Bogotá que a todos nos ha encantado por igual. No sé si sea la Chocolatina Jet, o su refresco ultra dulce denominado Colombiana cuya botella no he logrado ver, o el aguardiente, o la tremenda amabilidad de la gente. Aquí cuando dices gracias, la gente responde: “Con mucho gusto”. Me parece increíble que esa frase -que ellos seguramente la aprendieron hace años y no se ponen a pensar en qué significa- encierre de manera tan clara, sencilla y directa la forma de ser de alguien.

Aquí me cuesta trabajo reconocerme fuera de mi país. Salvo por el acento, la gente es prácticamente igual, se comporta prácticamente igual, son igual de penosos, de simpáticos, de amables y de desconfiados al principio, pero no tardan en agarrar confianza.

Para nuestra actividad, Ariette y yo decidimos basarnos en la Declaración de Independencia de por acá para preguntar a la gente: ¿qué te hace feliz? La idea era dejar que ellos escribieran o dibujaran qué los hace felices y depositar esos pensamientos en un florero (El florero es el símbolo Colombiano del inicio de la lucha por la Independencia). Lo que hicimos fue usar una imagen del florero verdadero dentro de un florero comprado por nosotros y según nosotros ellos iban a hacer la conexión en automático y pues… no. El símbolo del florero no les dice mucho en realidad, y eso lejos de decepcionarme o ponerme a pensar sobre el estado de la educación pública de Colombia, me dio un poco a pensar.

La idea de los símbolos patrios forma parte de la formación de nacionalidad e identificación entre la gente de un país, esto es importante en las primeras etapas de una nación porque hace 200 años, quizá no había mucho que diferenciara a Venezuela de Colombia y Ecuador. De ahí la importancia de tener un himno, una bandera, un set de héroes y un set de símbolos (en este caso el florero, en el nuestro el estandarte de la Virgen de Guadalupe). El hecho de que hoy no haya mayor conocimiento de los símbolos, ni aquí ni en México, me pone a pensar en que quizá la nacionalidad está ya enraizada en elementos más populares como podrían ser la música, la comida, una manera de ser, una historia deformada, leyendas. Esto, a fin de cuentas, es algo que la gente ha tomado como elementos de autoidentificación y han surgido de manera un tanto más orgánica que el hecho de una bandera o una anécdota histórica.

No sé qué piensen al respecto, espero escribir más sobre esto en días venideros y espero comentarios porque, si un blog no se lee, ¿existe? Sí, estuvo muy sangroncete, perdón. Saludos a todos por allá.




lunes, 10 de marzo de 2008

Caracas



Viernes 7 de marzo, 2008.
11:45 P.M.

Siempre es extraño llegar a un país nuevo, luego luego buscas confrontar la imagen mental que te habías creado con lo que estás viendo enfrente. Hay muchas cosas que confirmas y afortunadamente, muchas más que te sorprenden. Primero que nada, creo que Caracas es bastante más alto de lo que pensaba. Hay muchísimos edificios donde vive la gente, al parecer construidos en las décadas de 1960 y 70, según Manuel, con el dinero surgido de la fiebre petrolera de aquél entonces. Esto también significa que es una ciudad cuya principal característica es estar anclada en el presente, aunque los edificios estén un poco descuidados. Otra cosa, quizá más grande y que me gustó muchísimo, es el hecho de que prácticamente no hay espectaculares ni la invasión tremenda que hay de los anuncios en otras ciudades, sobre todo en el D.F. Esto hace que uno se pueda concentrar en admirar el paisaje y la arquitectura sin mayor distracción, claro que sí hay McDonald´s y montones de comercios por todos lados pero no sé, están ahí para uno, no uno para ellos.

La gente está bastante al pendiente de todo. Tienen los ojos muy abiertos y parecen querer saber cosas sobre ti, a la más mínima provocación te platican sobre ellos y tres de cada cuatro preguntan si eres de derecha o izquierda, de esos, la mitad no te creen lo que les dices aunque no por eso te tratan peor. La política está en todos lados y sobre todo hoy, debido a la cumbre en Santo Domingo, la gente se detenía en cuanto lugar había televisión para poder ver en qué terminaba el asunto entre Venezuela, Colombia y Ecuador. Pocas veces en mi vida había sentido estar en un momento y en un lugar en el que se estuviera escribiendo la historia y aunque evidentemente no estuve en Santo Domingo, el hecho de ver cómo los venezolanos seguían con tremendo fervor la transmisión (con toda, todita, toda razón) me hizo sentir en un estado de alerta, de ver cómo el mundo cambia y cómo de pronto parece que sí nos podemos poner de acuerdo.

Afortunadamente, los venezolanos tienen un sentido del humor increíble, así que mientras comíamos y veíamos en la tele la Cumbre de Santo Domingo, al ver la tremenda sonrisa de Chávez al saludar a Uribe, se escuchaba desde el piso inferior del restaurante un grito con innegable acento venezolano: ¡Viva Uribe! ¡Viva Uribe! Y la gente reía, estaban tranquilos, creo yo, y era una manera de desahogarse. También disfruté que a pesar de la polarización social, la gente puede aceptar esa clase de bromas y tomarlas por lo que son y siempre lo han sido, una forma de humanizar a los políticos para poder de alguna manera entender sus motivaciones y sus actos.

lunes, 3 de marzo de 2008

Cineasta: Enrique Vázquez


Soy Enrique. Hago películas y gracias a eso estoy en la Expedición. También gracias a eso he tenido la oportunidad de conocer a algunas personas increíbles y estar en lugares donde jamás imaginé. Tengo 23 años y no entiendo porqué los mayores se ríen cuando digo que siento que la juventud se me va cada vez más rápido. He dirigido algunos cortos y trabajado en varios más. Voy al cine siempre que puedo, no soporto ver películas comenzadas y admiro a Roy Andersson, Wes Anderson, Kaurismaki, Kusturica y a Groucho Marx.

El resto del tiempo escucho música, mucha música, (mi top 3 de la temporada es dan deacon, bowie y los tigres del norte) también toco aunque no tanto ni tan chido. Me gusta buscar la ironía siempre y quería que este párrafo fuera gracioso pero no se me ocurre nada así– que desafortunadamente no lo será. Me prende bastante este viaje y espero que sea tan provechoso como lo imagino y sobre todo, que nuestros resultados hagan que haya valido la pena la chinguita de todos.